viernes, 22 de octubre de 2010

Bienvenidos

Hola a todos, no quería que mi primera entrada del blog fuera una mera bienvenida corriente con una frase típica o alguna foto de una cara sonriente, en lugar de eso he elegido escribiros un parrafo de un libro que he leído recientemente y con el que rapidamente me he identificado, como supongo que a muchos compañeros mios de profesión podría pasarles si lo leyeran.
Con esto tambien quería deciros, que los contenidos que salgan en este blog pueden ser de lo mas diverso, desde como ha pasado un día de entrenamientos hasta que rico esta el arroz tres delicias jaja, espero que esto en general no os deje indiferentes.


El ciclista : Tim Krabbé

...Mi carrera deportiva 1957: El corredor está listo. Cada fibra de su cuerpo está en tensión. Hay importantes intereses en juego. Sabe que sus rivales son poderosos y dispares, pero no tiene miedo. En su cabeza impera un silencio absoluto, tensión, seguridad.
     En este instante el semáforo cambia a verde. Dos, tres pedaladas y el corredor sale disparado a toda velocidad y es el primero en cruzar los raíles del tranvía, con lo que se adjudica el consabido premio de cien mil florines. Entre todos sus rivales, el Volkswagen es el más peligroso, pero el corredor da el todo por el todo y consigue llegar antes al paso de peatones, lo cruza en primera posición, deja atrás la señal de tráfico y es el primero en llegar al contenedor de basura: otros cuatro cuantiosos premios de quinientos mil florines cada uno. Después el Volkswagen lo deja atrás.
     ¡Pero sigue siendo el primero de los vehículos de dos ruedas! Y consigue pasar entre los parachoques de dos coches aparcados, dos aceras de una bocacalle, un poste publicitario antes de ser alcanzado por una moto; todo lo cual le reporta nada menos que siete mil florines.
     El corredor está a punto de dejarlo ya cuando ve a una mujer en una bicicleta con un niño montado en la sillita de detrás. Doscientos mil florines si la alcanza antes de llegar a aquel poste. ¡Doscientos mil! A pesar de que aún no se ha recuperado del sprint anteior, el corredor vuelve a lanzarse a toda potencia. Parece completamente imposible que pueda vencer a la mujer, pero no sería la primera vez que este corredor diese la campanada. También esa vez lo da todo y en un esfuerzo supremo se lanza hacia delante.
     La mujer levanta el brazo y gira en una bocacalle. El corredor se relaja, recupera el resuello lentamente y sigue pedaleando hasta el semáforo siguiente. Se detiene y estudia a sus rivales. La moto BMW parece imbatile.
     ¡Un millón si consigue llegar antes al paso de peatones!...

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